Psicología cognitiva

La psicología cognitiva, psicología cognoscitiva, cognitivismo o cognoscitivismo es el área de la psicología que estudia los procesos mentales implicados en el conocimiento. Su enfoque de estudio son los mecanismos que producen el conocimiento, desde los básicos cómo la percepción, la memoria y el aprendizaje hasta los más avanzados como la formación de conceptos y el razonamiento lógico. El término cognitivo es equivalente a las acciones de conocimiento: almacenar, recuperar, reconocer, comprender, organizar y usar la información recibida a través de los sentidos.

La psicología cognitiva se dedica al estudio del comportamiento humano que se centra en conocer qué ideas afloran en la mente de las personas y cómo estas influyen en su respuesta emocional y conductual. La psicología cognitiva se dedica al estudio de los procesos mentales que históricamente se han entendido como privados y fuera del alcance de los instrumentos de medición utilizado en estudios científicos.

La psicología cognitiva se encuentra dentro del llamado hexágono cognitivo, llamado así por la interrelación entre la neurociencia, la inteligencia artificial, la psicología, la lingüística, la antropología y la filosofía. Además, está influenciada por disciplinas y teorías afines, como la epistemología genética, la ciencia computacional, la inteligencia artificial, la lingüística, la psicología de la gestalt, la antropología cognitiva y la psicología del pensamiento.

La psicología cognitiva tiene doble propósito de estudio, el primero es cómo las personas entienden el mundo en el que viven y cómo estos toman la información sensorial entrante y la transforman, sintetizan, elaboran, almacenan, recuperan y finalmente hacen uso de ella. El resultado este procesamiento activo de la información es el conocimiento funcional; es decir, la persona estará más segura de qué ocurrirá si se encuentra con un acontecimiento igual o similar.

Cuando las personas utilizan su conocimiento, elaboran planes para aumentar la probabilidad de consecuencias positivas y minimizar la probabilidad de consecuencias negativas. Cuando una persona tiene expectativa de las consecuencias de un acontecimiento, su conducta se ajustará a sus cogniciones.

El segundo propósito de la psicología cognitiva es cómo la cognición lleva a la conducta. Desde un enfoque motivacional, la cognición es un “trampolín a la acción”. Para los teóricos cognitivistas, la acción está principalmente en función de los pensamientos de la persona y no de algún instinto, necesidad, pulsión o estado de activación (arousal).

Historia y evolución de la psicología cognitiva

Surgió en los años 50 y 60 como reacción a las falencias del conductismo y se convirtió en el paradigma dominante en la psicología científica durante la revolución cognitiva. La principal diferencia es el acceso a la llamada cuestión de la caja negra.

En los años 50 el paradigma dominante era la psicología conductista, que había logrado explicar multitud de fenómenos psicológicos. Sin embargo, aún era bastante reduccionista, solo podía dar explicación a lo observable. Los procesos intermedios entre estímulos y respuestas -la llamada “caja negra” conductista- se consideraba un epifenómeno o algo irrelevante para el comportamiento observable.

Pero, cuando los psicólogos conductistas no lograban explicar algunas ocurrencias, empezaron a dar importancia a los fenómenos que ocurrían en nuestra mente. Creció el interés de estudiar todo aquello que pasaba por nuestra mente mientras recibíamos un estímulo y dábamos una respuesta. Es entonces cuando los investigadores empezaron a estudiar los procesos de razonamiento, lenguaje, memoria, imaginación.

La psicología cognitiva surge como alternativa a la concepción conductista que considera a la mente una caja negra inaccesible. Para el conductismo, la mente no puede ser estudiada por la imposibilidad de un acercamiento a través del método científico. Por lo contrario, la psicología cognitiva hace uso de procesos mentales para explicar la conducta (a diferencia de tan solo asociaciones entre estímulos y respuestas).

El auge de la psicología cognitiva coincidió con la aparición y desarrollo de los ordenadores en los años 50. El funcionamiento de estas máquinas sirvió como metáfora para entender el procesamiento de símbolos y representaciones en la mente humana.

A grandes rasgos, los acontecimientos que ayudaron al surgimiento de la psicología cognitiva son:

  • Los avances en la informática y la computación. Máquinas programables capaces de tomar decisiones que servían de metáfora sobre cómo la mente humana procesa la información.
  • Los avances en cibernética, de la mano de Wiener.
  • Las teorías de la información con Shannon, quien concebía la información como una elección y reducción de alternativas.

En ese momento la psicología buscaba ser validada como ciencia, por lo que esta nueva psicología cognitiva despreció su tradición fenomenológica propiciada por Wilhelm Wundt, negando la validez de la introspección como método para alcanzar un conocimiento objetivo

La psicología cognitiva es distinta de otras perspectivas psicológicas previas en dos aspectos principales. Primero, acepta el uso del método científico y rechaza la excesiva interpretación como método válido de investigación, mostrándose contraria a psicologías más interpretativas y literarias tales como la de Sigmund Freud (psicoanálisis). Segundo, plantea la existencia de estados mentales internos (tales como creencias, deseos y motivaciones); lo contrario que la psicología conductista de esa época.

Los psicólogos cognitivos centran su atención en la influencia que tiene el procesamiento de la información sobre la conducta, afirmando que las personas comparan toda información nueva con su estructura cognitiva preexistente. Las nuevas experiencias se interpretan sobre la base de lo aprendido y en ocasiones adaptamos nuestro esquema a la nueva información.

Surge de forma irremediable la llamada “revolución cognitiva”, por la cual la psicología se reorienta hacia los procesos mentales privados del individuo.